Linked media – Linked media
Los mercados globales están atentos a la reunión del Comité de Mercados Abiertos (FOMC) de la Reserva Federal, programada para el 7 de noviembre. En esta cita, se definirá si se mantendrá, acelerará o desacelerará el ritmo de cambios en las tasas de interés, que comenzarán el 18 de septiembre. Este proceso se complica por el contexto político de una campaña electoral, ya que para entonces no se sabrá quién será el próximo presidente. Históricamente, esta incertidumbre ha afectado la independencia de la Reserva Federal, especialmente durante la presidencia de Donald Trump.
Las elecciones se llevarán a cabo el 5 de marzo, pero los resultados podrían demorar en confirmarse, como ocurrió en 2020. En ese momento, la victoria de Joe Biden se anunció varios días después de la votación. Así, la Reserva Federal, bajo la dirección de Jerome Powell, deberá tomar decisiones críticas sin tener claro quién ocupará la Casa Blanca y cómo afectará esto a la política económica.
Mientras tanto, el Partido Popular ha criticado la propuesta del PSOE, sugiriendo que podría tener implicaciones inflacionarias si Trump resultara vencedor. Allianz advirtió que eso podría forzar a la Reserva Federal a pausar su ciclo de flexibilización en 2025. Por otro lado, el Banco Central Europeo (BCE), dirigido por Christine Lagarde, ha adoptado un enfoque más predecible, aumentando las tasas en sus reuniones anteriores y planeando más incrementos hasta 2025.
En este contexto, la Fed enfrenta la presión de tomar decisiones sin conocer el impacto de las elecciones en la política económica. En contraste, el BCE parece seguir su propio camino, con un calendario claro para sus ajustes de tasas.
La situación es particularmente delicada para la Reserva Federal, que ha mantenido su independencia en las últimas cinco décadas, a excepción de la presión política que enfrentó durante el mandato de Trump. En ese entonces, Trump criticó a Powell por sus decisiones de política monetaria, lo que llevó a cuestionamientos sobre la autonomía del banco central.
Históricamente, la Reserva Federal ha navegado por el proceso electoral sin permitir que las elecciones afecten sus decisiones sobre tasas de interés, aunque hay momentos en los que ha actuado en un clima de incertidumbre política. Así, el futuro de la política monetaria en EE. UU. dependerá en gran medida del resultado electoral y de cómo la Fed maneje esa presión.
Associated media – Linked media